Plantear teóricamente
el Trastorno por déficit atencional con o sin hiperactividad, lleva
principalmente al abordaje del termino atención. Son muchos los teóricos que
presentan definiciones de este termino, pero a continuación se presentara una
lectura desde autores psicoanalíticos como una postura alternativa ante dicho
trastorno. Principalmente son aportes teóricos que surgen de los estudios de
psicoanalistas como Beatriz Janin, Mariela Weskamp, Alicia Fernández, entre
otros autores.
La atención es definida por el Diccionario de
Psicopatología del infante y el adolescente
como [1]“un estado en el cual la tensión interior
está dirigida hacia un objeto exterior… También se puede definir la atención en
relación con la conciencia: la atención es la selección de un acontecimiento, o
de un pensamiento y su mantenimiento en la conciencia”. De esta forma se
identifican dos factores que intervienen en la atención y en especial en la
compresión del déficit atencional, la tensión interior y el objeto externo. Se
genera por tanto un proceso de selección respecto de los estímulos provenientes
del exterior que exigen una respuesta del sujeto, quien mediante la atención
organiza, prioriza y selección el objeto al cual dirige su tensión interior. Lo
que permite dividir la atención en dos tipos o procesos: la atención sostenida
y la atención selectiva. La atención sostenida o estado de alerta entiéndase
como un mecanismo de respuesta ante la estimulación exterior que tensiona al
sujeto, habitualmente se refiere a un estar despierto, alerta, atento a lo que
proviene de fuera y exige una respuesta, y que puede generar ansiedad o
angustia en el sujeto, por ejemplo ir caminando por la calle exige un estado de
vigilia en el que el sujeto esta atento a los distintos estímulos provenientes
del exterior como el cambio de luces de un semáforo, el ruido de los carros,
los gestos de las personas entre otros, que tienen una respuesta comportamental
por parte del sujeto, detenerse ante el cambio de las luces, taparse los oídos,
saludar, mirar al cruzar. Por otra parte, la atención selectiva se refiere a la
recepción de muchos estímulos que excitan el aparato psíquico y en el cual se
prioriza sobre uno de los estímulos, generándose un proceso de selección
determinado por diversos factores externos e internos al sujeto. A diferencia
de la atención sostenida o estado de vigilia, la atención selectiva requiere de
estar despierto, vigilante, pero además de una motivación o interés afectivo
tal como lo afirma Henry Ey, que permite discriminar, priorizar y seleccionar
el estimulo. Es en este segundo tipo de atención donde surge la problemática
denominada déficit atencional, el cual es diagnosticado o identificado
mayormente en la escuela por parte del docente. En el proceso de enseñanza –
aprendizaje, en el cual se genera una dinámica entre el docente y el
estudiante, se le pide a este ultimo que mantenga su atención selectiva
dirigida hacia un estimulo determinado por el docente y no por el estudiante.
Pero ¿Qué implicaciones tiene dicha exigencia en la atención del estudiante?
Partiendo de que la atención selectiva esta motivada o determinada por un
interés afectivo, la atención dirigida hacia lo que dice el profesor implica
dejar de lado las propias motivaciones o intereses, los cuales no siempre
concuerdan con la demanda del docente. La muestra de apatía o de desinterés en
un estudiante puede ser el resultado del malestar producto de seleccionar un
estimulo que no posee la importancia o la relevancia suficiente para el
estudiante, hay que aclarar que puede ser
considerado importante y relevante por el docente más no por el
estudiante, aunque el docente considere que lo es también para este ultimo. Es
aquí donde surge la gran pregunta acerca del déficit atencional, ¿Se trata
realmente de niños y niñas con
desatención o desatendidos? El interés afectivo que esta en juego
durante la selección del estimulo para generar la atención, puede verse
afectado por diversos factores tanto internos como externos y diversos contextos en los cuales se encuentra inmerso
el estudiante. El aumento de estímulos distractores en el ambiente, cada vez
más llamativos e interesantes, como el avance tecnológico, las diversas
problemáticas familiares y la falta de estrategias pedagógicas en el aula de
clase, son factores que afectan la dinámica de la atención. Lo que puede llegar
a pensar que el verdadero problema en los estudiantes con dicho déficit puede
tratarse realmente de una falta de motivación, [2]“quizás uno de los problemas que se han
incrementado en los últimos años es el desfasaje entre aquello que se le
transmite al niño y los intereses que ese niño tiene en su vida cotidiana”. Por
lo tanto la atención esta movida por el deseo, y es organizada por el yo,
marcando la dirección hacia la cual se atiende, [3]“hay que sentirse unificado para poder
escuchar a otro, mirar a otro, sin sentir que uno se quiebra en múltiples
pedazos si no es el único mirado y escuchado.
La otra cara del déficit atencional es el
comportamiento de los niños y niñas que lo padecen, desde un exacerbamiento o
un elentecimiento de la conducta, hasta el bajo rendimiento escolar y
dificultades a nivel social, familiar y personal. Ya se ha visto que en la
dinámica de atención interviene el interés afectivo, por tanto ¿qué sucede
cuando este interés se ve afectado por conflictos emocionales, económicos,
sociales o crisis familiares?, las
distintas problemáticas que afectan el mundo de hoy cada vez más cambiante y
competitivo, a llevado a generarse diversas crisis, entre las cuales las más
relevantes son la económica, social y familiar. La exigencia del mercado, el
capitalismo y la modernidad y postmodernidad han generado cambios fundamentales
en los sistemas, dando como resultado lo que algunos autores han denominado
crisis de la familia, con lo cual se visto afectado la estructura familiar, la
perdida del lugar del padre en la familia y con ello su autoridad y una crisis
en los valores, mucho de esto producto de la importación de modelos de
funcionamiento social, amenazando y transformando la construcción e identidad
cultural de muchos países, en especial de los países latinoamericanos. Pero ¿De
qué forma afecta esta crisis el comportamiento de los niños, o puede estar
relacionada con el déficit atencional? La respuesta la brinda el aporte de
algunos autores como Maria del Pilar Molina y Pilar Gonzalbo: “porque esta crisis toca muy de cerca las
relaciones de los seres humanos que conforman familias, y por el otro, porque
ésta es una consecuencia de las exigencias de la sociedad que se transforma en
todos sus ámbitos”[4].
Lo que lleva a cuestionar el comportamiento de los niños con déficit
atencional y las posibles causas de dicho trastorno; ¿se trata realmente de
desatención o desatendidos?, el comportamiento de los niños puede dar la
respuesta a dicho cuestionamiento, desde la mirada psicoanalítica el
comportamiento surge como lenguaje de aquello que no tiene palabra y que por
tanto no se puede expresar directamente al otro ya sea por estar reprimido o
por que esta negado por el sujeto. Las
diversas problemáticas familiares pueden estar generando conflictos o alterando
el estado emocional de los niños, como por ejemplo la separación de los padres,
las constantes discusiones por la falta de dinero, el tener que sostener una
imagen social fingida, el abandono de una o de las figuras paternas, que
aparentemente afectan a los adultos y no a los niños, dejando de lado la
dinámica familiar y las implicaciones que tienen los modelos de funcionamiento
brindados por los adultos a los niños, “la familia gobierna los procesos
fundamentales del desarrollo psíquico, la organización de las emociones de
acuerdo a tipos condicionados por el ambiente”[5].
De esta forma el comportamiento expresa la falta que experimenta el sujeto,
al no poder decirlo con palabras, surge en forma de síntoma, manifestando el
conflicto que vive internamente el sujeto. Los padres sustituyen cada vez más
sus funciones ante la falta de tiempo, la sociedad brinda nuevos sustitutos
como la televisión, el Internet, los amigos de la calle, los avances en la
tecnología como el uso del Black Berry, que intentan suplir la falta afectiva
que se genera en los niños al no poder interactuar con sus padres. Es así como
las conductas desorganizadas, aceleradas o elentecidas de estos niños y niñas
con déficit atencional, pueden estar siendo generadas por la falta y la demanda
de afecto, ante una sociedad con características abandónicas y que no
introducen al niño en el mundo de la palabra, de lo simbólico, no se le brinda
la posibilidad de expresar lo que siente, lo que piensa, sino que le toca
llamar la atención del Otro por medio de su propia desatención, “Al no poder hablar
de la pulsión, la muestran, lo que aparece asociado con grandes dificultades
para poner en palabras lo que les pasa y sabemos que cuando lo simbólico no
organiza lo imaginario, el cuerpo no se anuda y aparece el descontrol. No
hablan pero muestran en la escena. A veces muestran el objeto que son para el
otro”.[6]
[1] HOUZEL, Diddier “Diccionario de Psicopatología del infante y
el adolescente” Editorial AKAL, Moggio 2006. Pág. 72.
[2] Op. Cit. JANIN, Beatriz.
[3] Op. Cit. JANIN, Beatriz.
[4] GONZALBO AIZPURO, Pilar –
MOLINA GOMEZ, María Pilar. Familias y relaciones diferenciales: Género y Edad.
Edit.um – Universidad de Murcia, 2009. Pág. 216.
[5] Berenstein, Isidoro.
Familia e Inconsciente. Buenos Aires: Paidos, pág. 105.
[6] Op. Cit. WESKAMP, Mariela.
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