martes, 9 de octubre de 2012

Trastorno por déficit atencional



Plantear teóricamente  el Trastorno por déficit atencional con o sin hiperactividad, lleva principalmente al abordaje del termino atención. Son muchos los teóricos que presentan definiciones de este termino, pero a continuación se presentara una lectura desde autores psicoanalíticos como una postura alternativa ante dicho trastorno. Principalmente son aportes teóricos que surgen de los estudios de psicoanalistas como Beatriz Janin, Mariela Weskamp, Alicia Fernández, entre otros autores. 

La atención es definida por el Diccionario de Psicopatología del infante y el adolescente  como [1]un estado en el cual la tensión interior está dirigida hacia un objeto exterior… También se puede definir la atención en relación con la conciencia: la atención es la selección de un acontecimiento, o de un pensamiento y su mantenimiento en la conciencia”. De esta forma se identifican dos factores que intervienen en la atención y en especial en la compresión del déficit atencional, la tensión interior y el objeto externo. Se genera por tanto un proceso de selección respecto de los estímulos provenientes del exterior que exigen una respuesta del sujeto, quien mediante la atención organiza, prioriza y selección el objeto al cual dirige su tensión interior. Lo que permite dividir la atención en dos tipos o procesos: la atención sostenida y la atención selectiva. La atención sostenida o estado de alerta entiéndase como un mecanismo de respuesta ante la estimulación exterior que tensiona al sujeto, habitualmente se refiere a un estar despierto, alerta, atento a lo que proviene de fuera y exige una respuesta, y que puede generar ansiedad o angustia en el sujeto, por ejemplo ir caminando por la calle exige un estado de vigilia en el que el sujeto esta atento a los distintos estímulos provenientes del exterior como el cambio de luces de un semáforo, el ruido de los carros, los gestos de las personas entre otros, que tienen una respuesta comportamental por parte del sujeto, detenerse ante el cambio de las luces, taparse los oídos, saludar, mirar al cruzar. Por otra parte, la atención selectiva se refiere a la recepción de muchos estímulos que excitan el aparato psíquico y en el cual se prioriza sobre uno de los estímulos, generándose un proceso de selección determinado por diversos factores externos e internos al sujeto. A diferencia de la atención sostenida o estado de vigilia, la atención selectiva requiere de estar despierto, vigilante, pero además de una motivación o interés afectivo tal como lo afirma Henry Ey, que permite discriminar, priorizar y seleccionar el estimulo. Es en este segundo tipo de atención donde surge la problemática denominada déficit atencional, el cual es diagnosticado o identificado mayormente en la escuela por parte del docente. En el proceso de enseñanza – aprendizaje, en el cual se genera una dinámica entre el docente y el estudiante, se le pide a este ultimo que mantenga su atención selectiva dirigida hacia un estimulo determinado por el docente y no por el estudiante. Pero ¿Qué implicaciones tiene dicha exigencia en la atención del estudiante? Partiendo de que la atención selectiva esta motivada o determinada por un interés afectivo, la atención dirigida hacia lo que dice el profesor implica dejar de lado las propias motivaciones o intereses, los cuales no siempre concuerdan con la demanda del docente. La muestra de apatía o de desinterés en un estudiante puede ser el resultado del malestar producto de seleccionar un estimulo que no posee la importancia o la relevancia suficiente para el estudiante, hay que aclarar que puede ser  considerado importante y relevante por el docente más no por el estudiante, aunque el docente considere que lo es también para este ultimo. Es aquí donde surge la gran pregunta acerca del déficit atencional, ¿Se trata realmente de niños y niñas con  desatención o desatendidos? El interés afectivo que esta en juego durante la selección del estimulo para generar la atención, puede verse afectado por diversos factores tanto internos como externos y diversos  contextos en los cuales se encuentra inmerso el estudiante. El aumento de estímulos distractores en el ambiente, cada vez más llamativos e interesantes, como el avance tecnológico, las diversas problemáticas familiares y la falta de estrategias pedagógicas en el aula de clase, son factores que afectan la dinámica de la atención. Lo que puede llegar a pensar que el verdadero problema en los estudiantes con dicho déficit puede tratarse realmente de una falta de motivación, [2]“quizás uno de los problemas que se han incrementado en los últimos años es el desfasaje entre aquello que se le transmite al niño y los intereses que ese niño tiene en su vida cotidiana”. Por lo tanto la atención esta movida por el deseo, y es organizada por el yo, marcando la dirección hacia la cual se atiende, [3]“hay que sentirse unificado para poder escuchar a otro, mirar a otro, sin sentir que uno se quiebra en múltiples pedazos si no es el único mirado y escuchado.

La otra cara del déficit atencional es el comportamiento de los niños y niñas que lo padecen, desde un exacerbamiento o un elentecimiento de la conducta, hasta el bajo rendimiento escolar y dificultades a nivel social, familiar y personal. Ya se ha visto que en la dinámica de atención interviene el interés afectivo, por tanto ¿qué sucede cuando este interés se ve afectado por conflictos emocionales, económicos, sociales  o crisis familiares?, las distintas problemáticas que afectan el mundo de hoy cada vez más cambiante y competitivo, a llevado a generarse diversas crisis, entre las cuales las más relevantes son la económica, social y familiar. La exigencia del mercado, el capitalismo y la modernidad y postmodernidad han generado cambios fundamentales en los sistemas, dando como resultado lo que algunos autores han denominado crisis de la familia, con lo cual se visto afectado la estructura familiar, la perdida del lugar del padre en la familia y con ello su autoridad y una crisis en los valores, mucho de esto producto de la importación de modelos de funcionamiento social, amenazando y transformando la construcción e identidad cultural de muchos países, en especial de los países latinoamericanos. Pero ¿De qué forma afecta esta crisis el comportamiento de los niños, o puede estar relacionada con el déficit atencional? La respuesta la brinda el aporte de algunos autores como Maria del Pilar Molina y Pilar Gonzalbo: “porque esta crisis toca muy de cerca las relaciones de los seres humanos que conforman familias, y por el otro, porque ésta es una consecuencia de las exigencias de la sociedad que se transforma en todos sus ámbitos”[4]. Lo que lleva a cuestionar el comportamiento de los niños con déficit atencional y las posibles causas de dicho trastorno; ¿se trata realmente de desatención o desatendidos?, el comportamiento de los niños puede dar la respuesta a dicho cuestionamiento, desde la mirada psicoanalítica el comportamiento surge como lenguaje de aquello que no tiene palabra y que por tanto no se puede expresar directamente al otro ya sea por estar reprimido o por que esta negado por el sujeto.  Las diversas problemáticas familiares pueden estar generando conflictos o alterando el estado emocional de los niños, como por ejemplo la separación de los padres, las constantes discusiones por la falta de dinero, el tener que sostener una imagen social fingida, el abandono de una o de las figuras paternas, que aparentemente afectan a los adultos y no a los niños, dejando de lado la dinámica familiar y las implicaciones que tienen los modelos de funcionamiento brindados por los adultos  a los niños, “la familia gobierna los procesos fundamentales del desarrollo psíquico, la organización de las emociones de acuerdo a tipos condicionados por el ambiente”[5]. De esta forma el comportamiento expresa la falta que experimenta el sujeto, al no poder decirlo con palabras, surge en forma de síntoma, manifestando el conflicto que vive internamente el sujeto. Los padres sustituyen cada vez más sus funciones ante la falta de tiempo, la sociedad brinda nuevos sustitutos como la televisión, el Internet, los amigos de la calle, los avances en la tecnología como el uso del Black Berry, que intentan suplir la falta afectiva que se genera en los niños al no poder interactuar con sus padres. Es así como las conductas desorganizadas, aceleradas o elentecidas de estos niños y niñas con déficit atencional, pueden estar siendo generadas por la falta y la demanda de afecto, ante una sociedad con características abandónicas y que no introducen al niño en el mundo de la palabra, de lo simbólico, no se le brinda la posibilidad de expresar lo que siente, lo que piensa, sino que le toca llamar la atención del Otro por medio de su propia desatención, “Al no poder hablar de la pulsión, la muestran, lo que aparece asociado con grandes dificultades para poner en palabras lo que les pasa y sabemos que cuando lo simbólico no organiza lo imaginario, el cuerpo no se anuda y aparece el descontrol. No hablan pero muestran en la escena. A veces muestran el objeto que son para el otro”.[6]


[1] HOUZEL, Diddier  “Diccionario de Psicopatología del infante y el adolescente” Editorial AKAL, Moggio 2006. Pág. 72.
[2] Op. Cit. JANIN, Beatriz.
[3] Op. Cit. JANIN, Beatriz.
[4] GONZALBO AIZPURO, Pilar – MOLINA GOMEZ, María Pilar. Familias y relaciones diferenciales: Género y Edad. Edit.um – Universidad de Murcia, 2009. Pág. 216.
[5] Berenstein, Isidoro. Familia e Inconsciente. Buenos Aires: Paidos, pág. 105.
[6] Op. Cit. WESKAMP, Mariela.

No hay comentarios:

Publicar un comentario