Abordar el concepto de estimulación en la obra de Lev
Vygotsky, lleva al análisis de una de sus propuestas teóricas fundamentales, la
transformación de los fenómenos sociales en fenómenos psicológicos, la Internalización y
su punto de partida la interacción social.
Contrario a las propuestas presentadas por los conductistas, que
centraban su atención en la formula Estimulo -> Respuesta, y posteriormente
la modificación de la conducta a través del reforzamiento ya sea positivo o
negativo, por lo cual el aprendizaje se obtenía mediante el condicionamiento de
conductas predecibles y controlables, Lev Vygotsky ve en el aprendizaje el
producto de la modificación de situaciones estímulos, proceso que surge de la
interacción social y la internalización de las herramientas brindadas por el
entorno en el que se encuentra el sujeto, generando un escenario dinámico para el aprendizaje. De
aquí se desprenden tres conceptos que se abordaran para comprender el lugar que
ocupa la estimulación desde la propuesta Vygotskiana: La Mediación , La Internalización y la Zona de Desarrollo Próximo.
En la obra de Lev Vygotsky el desarrollo intelectual
posee un carácter histórico, este es el resultado de la construcción que hace el
niño mediante la interacción con su entorno, específicamente durante el proceso
de formación obtenido en el hogar y la relación con los pares. Este carácter
histórico se refiere tanto al contenido y forma del desarrollo intelectual, que
parte de la dinámica entre el adulto u otros niños con habilidades superiores y
el niño en vía de adquirirlos. Dicho desarrollo se genera gracias a las
transformaciones que representa el estimulo y las situaciones sociales en las
cuales participa el niño, debido a los distintos grupos con los cuales
interactúa, “Las formas más altas de
conductas humanas se aprenden como producto de la continua modificación de
situaciones estímulos, tales modificaciones ocurren a medida que se responde a
ellas en medio de la interacción social”[1].
Esta propuesta parte del principio de ser
social que rige al hombre, su forma natural de actuar es mediante la
organización de grupo y la dinámica que representa el estar inmerso en el
dinamismo social, y las distintas construcciones culturales que direccionan
al individuo en una sociedad. El
desarrollo intelectual por tanto proviene de modelos básicos de acción que le
brinda el ambiente al niño; los adultos y otros niños con habilidades
superiores sirven como modelo de funcionamiento para el niño que parte del
mecanismo de la mediación. Según el planteamiento teórico de Vygotsky el desarrollo “es la conversión de las
relaciones sociales en funciones psicológicos”[2],
las cuales son internalizadas por el niño y se transforman en procesos psicológicos
superiores, el proceso de la internalización es definida como “la conversión de las herramientas en
símbolos”[3].
Es a través de la interacción social que el niño se enfrenta a distintas
situaciones estímulos que representan para él la necesidad de dar una respuesta
como parte de la dinámica social, dichas acciones son el resultado de la
internalización de los modelos básicos adquiridos a través de la interacción
con el otro. Las distintas
construcciones culturales hechas por el hombre a lo largo de su historia,
conforman un sistema de signos y símbolos que juegan un papel fundamental en el
proceso de internalización de los modelos básicos de funcionamiento por parte
del niño, y que se adquiere mediante la interacción con el otro, en especial
mediante el juego como el espacio o zona en la cual se transfieren roles,
funciones y lugares establecidos por la cultura “Mediante el juego el niño aprende a conocer el mundo de los objetos, a
sí mismo y a los demás, al principio individualista, y más tarde se transforma en aprendizaje la convivencia y la
sociabilidad, preparándolo para la vida en comunidad”[4]; este
sistema constituye la estructura moral y de funcionamiento que determina el
comportamiento a nivel social del individuo. De aquí parte que la comprensión y la
percepción de la realidad en el individuo esta determinada por las actividades
que realiza en interacción con el otro, es decir las estructuras cognitivas
parten y están moldeadas por distintos
sistemas y niveles de participación en grupos. La forma de entender y actuar en
la realidad, están determinadas por una construcción cultural previa que es
internalizada por el niño y de la cual realiza su propia construcción. En este proceso el niño trabaja primero a
nivel de los procesos elementales básicos, los cuales están en función de que
el niño aprenda a emplear las herramientas brindadas por el ambiente, en un
espacio controlado, como el juego y la interacción con los padres o cuidadores,
denominado por Vygotskty como Zona de Desarrollo Próximo, “al trabajar con adultos o con otros niños con habilidades superiores,
se evidenciaba ejecuciones más complejas, nivel de desarrollo potencial”[5]
es por tanto la ZDP
“la diferencia entre el nivel actual y el
nivel potencial”[6],
la percepción, memoria involuntaria
y el pensamiento pre-verbal, que ejercitan al niño en la adquisición de los
procesos mentales superiores que lo capacitan para el procesamiento simbólico
de alto nivel de abstracción “Al
principio se manifiestan de manera puramente instrumental, pero luego derivan
en conocimientos procedímentales más complejos y abstractos”[7].
[1] LEON DE VILORIA, Chilina, “Lev Vygotsky: sus aportes
para el siglo XXI” Editorial
Publicaciones UCAB, Caracas. Pág. 48
[2] Ibíd.
[3] Ibíd..
[4] CANAVESIO, Maria
Alejandra, “El Juego entendido como un fenómeno psicológico” Revista Vygotsky
(Documento electrónico en línea): http://www.vigotsky.org
[5] op.citp. LEON DE VILORIA, Chilina
[6] op.citp. LEON DE VILORIA, Chilina
[7] op.citp. LEON DE VILORIA, Chilina
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