Los distintos
factores externos que propiciaron los movimientos independistas en
Latinoamérica, serian el resultado de un nuevo proyecto filosófico-político que
encuentra su apoyo y consolidación en la Ilustración y la Revolución Francesa.
Aunque es iniciado con el Renacimiento, el descubrimiento de América y la
Reforma Protestante en el año de 1500, la Modernidad entra al continente
Americano a inicios del siglo XIX.
Mientras que Europa se renovaba con las transformaciones fruto de la
Modernidad, una renovación en el arte, en la literatura y prontamente en lo
social y cultural; las colonias vivían
un periodo de sometimiento, explotación y expoliación cultural, lo que
no permite hablar de la influencia de la Modernidad en Colombia, sino hasta
llegada la Independencia y su verdadero inicio a principio del siglo XX,
específicamente en los años 20”. La
familia Colombiana estaría bajo un mismo modelo, sin ningún cambio, hasta
mediados del siglo XIX. Aun después de la Independencia, tal y como se ha
planteado anteriormente, la familia en Colombia continuará con la misma
estructura colonial y Católica. La presencia del protestantismo en Colombia
solo fue posible a inicios del siglo XX, aunque los intentos por establecerse
en el país, fuese propiciado por los federalistas liberales, el pueblo junto
con la Iglesia Católica, defendieron el legado recibido por los primeros
misioneros, por lo que la influencia del Catolicismo en las familias y en la sociedad en general, era
mayor que los simpatizantes de la Reforma Protestante. Los distintos
enfrentamientos entre el Estado y la Iglesia, son la evidencia de los intentos
por modernizar a la nación, aunque este se caracterizó por mantener una visión
romántica y soñadora del desarrollo
político y social del país, pero
también caracterizada por no tener en cuenta los principios católicos de la
mayoría de los colombianos del siglo XIX. Abordar la familia en el contexto del
modernismo, nos lleva necesariamente a una época de cambios y transformaciones
semejantes a la colonia, a una ruptura de dogmatismos y tradiciones, que inicia
con el siglo XX, pero en el cual contrario a lo que se esperaría o se
pretendía, el conflicto entre Iglesia y Modernismo, sería provechoso para el
país y la Iglesia Colombiana. El catolicismo al perder el control político del
país, pasó a ser una Iglesia al servicio del pueblo, regresando a su misión
inicial, se generó una renovación al interior de esta que llevaría a la defensa y la promoción de
la familia tradicional, y a una mayor acción evangelizadora impulsada por el
Concilio Vaticano II.
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