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La Sagrada Familia (www.iglesiacatolica.org.uy) |
La conceptualización de la familia es una labor que compete, a las ciencias sociales como la sociología, el
derecho, la antropología, entre otras;
el concepto de familia, por tanto no es
propio del psicoanálisis, ya que este tiene como objeto de estudio el
inconsciente; el psicoanálisis por tanto,
avanza sobre la construcción subjetiva, desde los complejos, las Imagos
parentales, la novela familiar del neurótico, la prohibición del incesto, la entrada a la cultura, el discurso familiar
y como desde estos componentes de la vida psíquica del sujeto, se genera una estructura que deviene de lo
inconsciente, que la cultura denomina Familia.
Entender por tanto la familia como concepto, conlleva a la comprensión
de todas estas manifestaciones de la vida psíquica, lo que es realmente un trabajo extenso y complejo, ya que el estudio realizado desde
el psicoanálisis de la familia, parte desde la construcción inconsciente que el
sujeto realiza, de lo que constituye
para el sujeto la familia real, simbólica e imaginaria, en la participación de la
familia en la construcción psíquica del sujeto,
desde el niño y posteriormente,
como esta construcción definirá al adulto. Para poder comprender esta
estructuración familiar inconsciente y la construcción psíquica que el sujeto hace de la familia, se
presentaran los planteamientos de Sigmund Freud, Jacques Lacan e Isidoro
Berenstein, quienes abordan a la familia como una estructura que deviene de lo
inconsciente, y pretenden describirla y mostrar a través de los planteamientos
psicoanalíticos freudianos y lacanianos como está estructurada y el lugar que
ocupa cada uno de sus miembros.
Es la familia para el psicoanálisis, una construcción cultural, que se
encuentra inscrita en el registro de lo simbólico, la cual está determinada por
diferentes marcos como el religioso, el saber popular y el derecho, el
psicoanalista Isidoro Berenstein, considera que la familia:”no se inscribe en el orden de la naturaleza, sino en el de la cultura,
del mismo modo las funciones materna, paterna, filial, etc., implican lugares
asignados por un orden simbólico que las regula y determina”[1]. Por tanto,
los lugares que ocupan los miembros de la familia, son moldes
proporcionados por la cultura, los cuales son
cambiantes y permiten por tanto un ordenamiento y una dinámica en el
interior de la familia. Estos cambios son generados por las transformaciones
que sufren los discursos sobre los que está apoyada esta construcción cultural,
transformaciones motivadas por el sistema económico, político e ideológico de
la época, en lo que respecta a la prohibición
y a la guía que estos brindan en la entrada del sujeto a la cultura; podemos
ver cambios en la estructuración familiar, en el lugar que ocupan y las
funciones que realizan, “la familia
aparece entonces como efecto del ordenamiento social, del que es parte, en la
que está inmersa y que regula tanto su constitución como su desmembramiento”[2] . Partiendo de la
estructuración de la familia desde lo religioso, lo legal y el saber popular,
la familia posee por tanto un fin determinado y sostenido por la cultura, en lo
que respecta al sujeto: “la familia
gobierna los procesos fundamentales del desarrollo psíquico, la organización de
las emociones de acuerdo a tipos condicionados por el ambiente”[3]; pero la familia
no solo es definida por lo cultural, tal y como lo plantea Jacques Lacan “La familia desempeña un papel primordial en
la transmisión de la cultura”[4], dicha inscripción
la familia la lleva a cabo mediante tres funciones especificas, las cuales
también pueden ser ejecutadas o suplidas por instituciones u otros sustitutos,
pero en las cuales la familia sostiene su predominio: “la educación inicial, la represión de los instintos y la adquisición
de la lengua a la que justificadamente se asigna como materna”[5]. De esta forma, la
familia brinda modelos de
funcionamiento, acordes con los valores que predominan en el entorno
(sociedad). Los cuales son catalogados
y reafirmados por los padres como
modelos de funcionamiento normal, el cual es ideológico, propuesto y exigido al
sujeto, este permite el orden
establecido, por las normas, leyes y costumbres de la sociedad. Por lo que se
constituye al niño como sujeto humano, el cual está inmerso y determinado por
un orden simbólico, que se da por el lenguaje y las relaciones de parentesco,
de esta forma se establecen todos los tipos de alianzas humanas, por lo que se
inscribe en el orden de lo simbólico.
“Lacan consideraba que la
estructuración del sujeto se daba en tres fases sucesivas, que correspondían a
tres complejos diferentes… Complejo del destete… Complejo de intrusión… el
Complejo de Edipo”[6]
Para Lacan el complejo del destete, rompe con la relación que mantiene el
niño en su primer año con la madre, el
cual genera una huella permanente de la relación biológica que
interrumpe, esta relación es considerada por Lacan como
una forma parasitaria del niño, es la forma primordial de la Imago materna, de
este se desprenderán sentimientos arcaicos y complejos que permitirán la unión
del sujeto con la familia. Es el complejo del destete por tanto una crisis vital y una crisis del
psiquismo, que dominará toda la vida del
hombre. Con esta crisis inevitable y por
tanto su primer encuentro con la prohibición, se genera en el niño un segundo
paso, el primero constituía un paso de lo natural a lo cultural, en este, el
sujeto pasa de lo endogámico a lo exogámico.
“Freud llamó complejo de Edipo a la estructura mental que da cuenta de
la introducción de la prohibición del incesto en el sujeto” [1], con la prohibición del incesto, y de las diferentes formas como se
transforma el complejo de Edipo, se da en el sujeto la estructura (neurótica,
psicótica o perversa) “los distintas
estructuras, de las que dan cuenta las diferentes transformaciones del complejo
de Edipo, serán también la marca del tipo de pasaje de lo endogámico a lo
exogámico”[2]. Con el complejo
de Edipo el sujeto esta por tanto delimitado al orden cultural, a través de una
estructura inconsciente familiar, que constituye una cadena de significantes
común para todos los miembros del grupo familiar, que organiza y determina el
funcionamiento de las relaciones familiares.
Esta estructura inconsciente es la “captura
del discurso del otro que se entrecruza con el propio en una trama de significantes compartidos”[3], lo que constituye
el discurso familiar. Es así como se regulan las relaciones de parentesco desde
el lenguaje, que asigna funciones dadas por un orden simbólico, a cada uno de
los miembros, (materna, paterna, filial,
etc.); es este por tanto un orden de la cultura. El corte realizado por la familia al niño,
tanto en el complejo del Destete como en el complejo de Edipo, estimula una salida de tipo exogámico,
proponiendo el intercambio con otras familias. Al ser la promoción de esta
salida de tipo cultural, es por tanto
simbólico, por lo cual la mujer pasa a ser objeto de intercambio y el
hombre sujeto del intercambio desde una
representación simbólica, que surge del discurso familiar. Esto permite generar una diferenciación entre
la familia y la no familia, entre lo prohibido y lo permitido, la exogamia. Con el planteamiento de estos dos complejos y
de las funciones que cumple la familia en la construcción de la estructura del
sujeto y el mantenimiento del ordenamiento social, el psicoanalista Isidoro
Berenstein presenta el siguiente concepto de familia: “es un sistema con una estructura inconsciente, que determina la
relación entre cuatro lugares o funciones: materna, paterna, filial y del
representante de la familia materna”[4]. Para Berenstein, el lugar materno, el cual
representa la primera interacción del niño con el entorno, posibilita el amparo
y el sostén, que permiten suplir las carencias con las que los niños nacen,
dentro del acto de alimentarlo, cargarlo, hablarle, esta por tanto, suple las
carencias con las que nacen los hombres, en un estado dependiente, antes
categorizado por Lacan como una relación parasitaria. El lugar paterno constituye la legalidad
familiar, es por tanto función del lugar paterno instaurar la ley y sostener la
autoridad en la familia, representado principalmente en la prohibición del
incesto. Este lugar posibilita el desprendimiento y la independencia del
sujeto. En lo que respecta al lugar paterno es también función de este, generar
el reconocimiento del hijo como miembro del grupo, a través de la asignación de
un nombre y por tanto un lugar y reconocimiento en lo social, lo cultural y lo
simbólico. Al ser nombrado por otro, por el padre, a través del rito, se
legitiman padre e hijo, y se instaura
por tanto la autoridad. El sujeto consigue a través de esta legitimización un
nombre que lo individualiza, lo que es
la condición mínima para poder participar de lo cultural. Con el lugar del padre, el psicoanalista
Isidoro Berenstein, plantea cuatro prohibiciones que representan al complejo de
Edipo “no te acostarás con tu madre”, el narcicismo materno “no reincorporarás
tu producto”, el intercambio exogámico “no regresarás a quien fue tu
dador” y el narcicismo paterno “no
retendrás para ti a tu hijo”. La
función filial, simboliza un lugar más allá de la pareja, esta función la que permite la diferenciación
de cada uno de los miembros del grupo familiar, de esta forma surge un lugar
para los hijos, y el mantenimiento del lugar de la pareja. La última función,
represéntate de la familia materna es el intercambio original, que permite la
formación de una nueva familia.
[1]
Berenstein, Isidoro. Familia e Inconsciente. Buenos Aires: Paidos, pág. 105.
[2]
Ibíd. Pág. 129.
[3] Op.cit.
LACAN, Jacques. Pág. 107.
[6]
BILBAO, Alejandro; GRAS, Stephan-Eloïse
y VERMEREN, Patrice. Claude Lévis-Strauss en el Pensamiento Contemporáneo.
Buenos Aires: Colihue S. R. L, 2009. Pág. 198.
[7]Op.cit.
Berenstein, Isidoro. pág. 104.
[8]. Op.cit.
Berenstein, Isidoro. pág. 105.
[9] Op.cit.
Berenstein, Isidoro. pág. 107
[10]Op.cit.
Berenstein, Isidoro. pág. 107.
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ResponderEliminarHola, me gustó mucho esta publicación. Sin embargo las citas parecen estar movidas y no coincidir con las entradas. Podrias por ejemplo cuando dicen OpCit, Lacan,aclarar cual es la obra, referenciada,ya que no se encuentra el texto precitado, cuál sería la obra de LAcan que citas?. Los enlaces de cada numero no se referencian entre si. Perdoname si me equivoco pero estoy trabajando para la universidad y asi como citaré tu trabajo me gustaría citar correctamente las fuentes referenciales. Gracias.
ResponderEliminarHola Silvina Anouil, muchas gracias por tu apreciación, en atención a tu solicitud te agradecería que me regalaras tu correo para enviarte la monografía completa, creo te sería de mayor provecho.
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